Lactancia prolongada: Luz entre sombras.

El periodista venezolano Nestor Lluis LLabanero @llabanero habla sobre la lactancia prolongada en su artículo «Amamantar al hijo: ¿Hasta que edad?» publicado en Estampas el 28 de mayo de 2012 con desconocimiento y analfabetismo biológico basando sus opiniones en las del pediatra Roberto Fasciani.

Perlitas que expone:

1. La lactancia materna se prolonga de forma forzada por las madres. Recordarles que es imposible forzar a un niño a hacer una cosa que no quiere. La lactancia es un proceso natural en el que no hay presiones por ninguna de las partes. Su base es la lactancia “a demanda”, relación “comercial” donde la madre “oferta”, que no impone, y el niño “demanda”, que no exige.

2. La lactancia crea dependencia en los niños. Sobre este punto, con la experiencia de mi lactancia prolongada, exponer que mi hijo es independiente y extrovertido, abierto y curioso. No necesita estar pegado al pecho las 24 horas del día, los 7 días de la semana. La pide cuando la necesita, y en esa acción también muestra su independencia, puesto que es el quien regula sus necesidades de afecto y cercanía conmigo.

3. La lactancia tiene su fin indicado por la naturaleza con la salida de la dentición, periodo que denomina “de ablactación”. Si la aparición de la dentición supusiera el fin de la lactancia mi hijo debería estar destetado desde los 5 meses, momento en que le salió su primer diente… pero ahí incurriría en una contradicción con la exposición del doctor Fasciani, el cual afirma que el periodo básico de lactancia debe llegar hasta los 6 meses.

4. Se prolonga la lactancia cuando la madre carece de recursos económicos. Mi status económico no pertenece a la clase alta, tampoco a las mas bajas, pertenezco a la gran masa de la clase media. No creo que tener o no tener recursos sea una razón para prolongar la lactancia… le recuerdo que los hijos de las mujeres con escasos recursos económicos también tienen dientes… entonces ¿para ellos no existe su periodo “de ablactación2?. La lactancia no se rige por los designios del vil metal, un niño no necesita un euro, ni dos, ni mil… necesita a su madre, su calor, su olor, su cercanía.

5. No tiene sentido alargar la lactancia con niños de 3 o 4 años porque ya tienen su sistema digestivo desarrollado. Recordarles que la lactancia no es exclusivamente un alimento. Es fuente de defensas, fuente de cariño, fuente de vida.

6. La cantidad de leche materna succionada por un niño de 3 años no alcanza para cubrir las necesidades calóricas diarias. ¿Alguien cree que un niño de 3 o 4 años se alimenta en exclusiva de leche materna? Toman carne, pescado, huevos, pasta, arroz…. Y lo que les pongas en el plato… la lactancia es un postre de defensas, amor, complicidad, cercanía, ….

7. Los niños que continúan tomando pecho mas allá de los límites utilizan la lactancia como arma de manipulación contra sus madres. Si querer estar a mi lado, abrazarnos, reírnos, mirarnos, disfrutar de la mutua compañía es manipular… pues si… mi hijo me manipula, y espero que me siga manipulando mucho tiempo, incluso después de que llegue su destete… será signo inequívoco de que es capaz de expresar físicamente el cariño que siente por mi…

Moraleja / recomendación para el señor Nestor Lluis LLabanero, antes de rematar un artículo acuda a todas las fuentes.

Una maternidad diferente

A raíz del artículo de la revista Time que tanto ha dado que hablar y sobre el que tanto se ha escrito, y fundamentalmente a raíz del titular de la portada en cuestión “Are you mom enough?” ¿Eres lo suficiente madre? y partiendo de la base que todas somos lo suficientemente madres para nuestros hijos, ya que somos las madres que ellos necesitan, independientemente de nuestras opciones de crianza, me pare a pensar en la cantidad de maternidades diferentes que me rodeaban.

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Desde que soy mama de Lucas

Desde que soy madre… es un carnaval de blogs organizado por El Mundo de Yolizca y Maternidad Continuum que pretende ver de forma positiva lo que las mujeres aprenden a hacer gracias a la maternidad y que antes no hacían.

Desde que soy mama me despierto antes con un “mami” susurrado que con el mas estridente de los tonos del despertador.

Desde que soy mama he pasado de dormir hasta hartarme los domingos y “fiestas de guardar” para madrugar como si todos los días fueran lunes, descubriendo con ello el encanto y la magia que tienen las ciudades esos días a esas horas tan tempranas.

Desde que soy mama mi casa esta menos limpia y paradójicamente no me estreso por ello.

Desde que soy mama mi casa es el reino del “desorden ordenado” en el que cuando buscas algo, “supones” donde se encuentra y finalmente lo encuentras debajo de otras muchas cosas que no deberían estar allí.

Desde que soy mama descubrí el significado de “la arruga es bella” en las camisas, camisetas… y que el cuerpo hace muy bien su función de plancha automática adaptando cada arruga a sus contornos naturales.

Desde que soy mama he perdido amigos de toda la vida y he ganado otros con los que en la vida hubiera entrado en contacto sino hubiera existido mi hijo.

Desde que soy mama he descubierto que vivo en un universo paralelo al de superniños que caminan con soltura a los 9 meses, hablan con corrección de adulto al año, se visten solos a los 15 meses, dejan el pañal antes de salir del útero materno, comen de forma autónoma usando todos los cubiertos y las correctas formas de cortesía tan pronto como comienzan a ingerir alimentos solidos….

Desde que soy mama añadí nuevas palabras a mi vocabulario: colecho, porteo, lactancia prolongada… y desterré otras muchas “no puedo hacerlo”, “no es natural”,…..

Desde que soy mama mis tetas que habían pasado bastante desapercibidas tomaron una proyección inusitada… y acabaron ocupando mas conversaciones que las de Sabrina cuando destapo sus encantos aquella mítica nochevieja.

Desde que soy mama he descubierto lo cómodo que puede ser dormir tres en una cama de 90, y como un ser de 90 cm puede dejar reducido tu espacio a una misera esquina en una cama de 150 cm y aún así, dormir a pierna suelta.

Desde que soy mama mi vida no es rutinaria (como piensan quienes creen conocernos)… mis días son diferentes, y mis noches… especiales.

Desde que soy mama paseo con paso firme por encima de mi vida, no permito que la vida pasee por encima de mi.

Desde que soy mama he perfeccionado la función multitarea que como toda mujer llevo de serie… ahora puedo cocinar, contar un cuento, organizar la agenda de la semana al mismo tiempo sin perder la eficiencia en ninguna de las tareas.

Desde que soy mama paso mas tiempo al aire libre en parques y jardines, …. , mi piel y mis pulmones agradecen tanto aire fresco y solecito.

Desde que soy mama alucino con la capacidad de mi hijo para las relaciones sociales, ganándose adeptos para su causa con una sonrisa y cuatro palabrejas, …, y lo mas sorprendente recordándolas después a todas ellas aunque haya pasado bastante tiempo.

Desde que soy mama ya no tarareo los éxitos del momento, tan solo puedo repetir una y otra vez cualquiera de las canciones de los cantajuegos…, sorprendiéndome en ocasiones realizando la coreografía correspondiente en el lugar menos adecuado para ello.

Desde que soy mama mi paciencia se ha extendido hasta límites insospechados.

Desde que soy mama he comprendido y puesto en practica el dicho “a palabras necias, oídos sordos” cuando critican mi forma de crianza…, y he tomado por bandera otro que guía mis pasos “vive y deja vivir”.

Desde que soy mama he dejado aparcados en la estantería los libros de historia para redescubrir, analizar y leer una y otra vez los clásicos de la literatura infantil… cuantos buenos ratos hemos pasado con “Los tres cerditos”,…,¡ la de versiones alternativas que hemos creado¡.

Desde que soy mama vuelvo a ser niña con cada juego, con cada cuento… Revivo mi infancia y la redisfruto (si es que existe la palabra), la disfruto al cuadrado.

Desde que soy mama redescubro cada día junto a mi hijo el universo de las pequeñas cosas, de los mínimos detalles.

Desde que soy mama las tardes lluviosas de sábado han dejado de estar ocupadas por películas, pipas, sofá y mantita, para llenarse de las ocurrencias de mi hijo y sus amigos: manualidades, rosquillas, pastas, teatrillos de títeres…

Desde que soy mama soy tan feliz que temo despertar y que todo haya sido un sueño.

Desde que soy mama he descubierto que mi compañero es el único que podría haberme acompañado en la tarea de crear una familia.

Desde que soy mama he crecido como mujer, como esposa, como hija, como nieta… soy mejor gracias a mi hijo, me esfuerzo cada día por mejorar, soy el espejo en el que se mira y no quiero defraudarle.

Desde que soy mama respeto y amo mucho mas a mis padres.

Podría seguir y seguir….

En definitiva y como conclusión: Desde que soy mama mis días son imperfectamente perfectos gracias a Lucas.

El parto: Un dolor agradecido

Esta semana, del 21 al 27 de mayo, se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado que este año tiene como lema “El nacimiento y la economía”, imposible obviar esa relación en los tiempos que corren en los que el vil metal mueve los hilos de la mayor parte de nuestras decisiones. Mi embarazo no estuvo planeado, no era lo que esperábamos cuando llego. Es difícil cuadrar euros cada mes, pero cuando aparece un nuevo miembro esa tarea se convierte en todo un arte de la prestidigitación. A pesar de que no era el momento adecuado (nunca lo es si esperas “tener todo”, “vivir mas”…) seguimos adelante con ilusión. Como muy bien reflexiono mi compañero: “cuando la necesidad obliga el ingenio se agudiza”… buen consejo para los tiempos tan inciertos que nos toca vivir.

Como a toda madre primeriza lo que mas me angustiaba del proceso de la maternidad era el parto, que no el nacimiento de mi hijo, algo que esperaba con ilusión (ansiaba ver su carita, sentir su calor, su olor…); ni tampoco el fin del embarazo, ya que el parto suponía dejar atrás el dolor de espalda, las piernas hinchadas y el cumulo de molestias que se sienten en los últimos meses de gestación…; no, lo que me quitaba el sueño era el momento de la salida de mi bebe del útero y el dolor que inevitablemente sentiría ¿podría soportarlo?.

El miedo a lo desconocido es totalmente irracional, escapa de nuestro control, nos ciega, actúa como un tapón enorme que bloquea nuestros sentidos al instinto, ya de por si adormecido por la moderna evolución que nos toca vivir. El miedo al parto, aumenta con los relatos de las vivencias de otras mamas. Experiencias dolorosas, angustiosas, terroríficas, … que no hacen sino aumentar esa sensación de incertidumbre.

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Mis reflexiones sobre lactancia tienen premio

Me hallo gratamente sorprendida y muy abrumada. Soy una recién llegada a la nube y nada mas aterrizar recibo un premio de otra mama bloguera mucho mas veterana, con una gran historia y opiniones a tener muy en cuenta en temas de lactancia, crianza y cuidados de no uno que ya es díficil, sino de dos pequeñajos http://unamamaparados.blogspot.com.es/.

Me otorga el premio Dardos, que lleva implícito responder a varias preguntas… ahí van mis respuestas.

¿Por qué creaste tu blog?

Fundamentalmente para aportar un punto de normalidad a la lactancia prolongada. Entiendo que las mamas que optamos por esa vía sufrimos injustamente las críticas de una sociedad desinformada, que ha entrado en una regresión biológica que afecta negativamente a nuestra evolución como especie. Se demoniza lo que no se conoce, lo que transgrede los límites de lo “normal”. Por ello y para recordarnos lo que somos, de donde venimos y cuestionar a que punto nos dirigimos, considere que es importante que mamas que, como es mi caso, optamos por un tipo de crianza expliquemos en que consiste, en una palabra, normalicemos nuestro día a día… sin exhibirnos, sin escondernos… Y que mejor que la vía de la palabra de la experiencia para lograrlo… Por todo ello decidí hacerme visible y subirme a la nube.

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Conciliar, posponer, renunciar, equilibrar

Hoy 15 de mayo es el Día Internacional de las Familias. Desde primera hora las redes sociales bullen cual olla a presión con múltiples comentarios sobre el principal problema al que se enfrentan las familias: la conciliación. Un problema nada novedoso aunque altere las agendas y los nervios de las que lo vivimos a diario.

Conciliar la vida laboral y familiar es tarea de malabaristas, lo viene siendo desde que el mundo es mundo y no es un problema exclusivo de la especie humana, todos los seres vivos lo sufren en mayor o menor medida. En nuestro caso aparte de los actores protagonistas en la gran obra teatral de la conciliación: macho, hembra, crías aparecen unos actores secundarios: empresarios, facturas, sueldos, horarios interminables, convenios, leyes… que acaban engullendo a los actores principales llevándoles a su antojo hasta situaciones subrealistas como las que vivimos cada día.

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No soy una talibana de la lactancia

Continúan surgiendo los comentarios y los titulares a raíz de la publicación de la portada de la revista Time del mes de mayo  en la que, por si alguien no se ha enterado todavía, aparece una mujer amamantando a su hijo de casi cuatro años.

Los hay de toda índole: aquellos que se quedan en la superficie y se dedican a criticar el contenido basándose únicamente en la imagen de la portada, cuando ni siquiera se ha hecho público (el artículo no se publicará hasta el próximo lunes 21 de mayo) y los que van mas allá de la imagen trasgresora y tratan de explicar que es, en que consiste y porque se produce y practica la lactancia prolongada, unos acudiendo a preguntar a las propias madres, otros exponiendo las razones de boca de especialistas como Carlos González.

En las tertulias también se habla… y creedme… se dicen autenticas barbaridades que no voy a reproducir.

De todo lo que he leído y escuchado lo que mas me ha molestado, por ser una mentira desproporcionada es que aquellas que practicamos la lactancia prolongada somos unas «talibanas de la lactancia que no nos basta con disfrutar de nuestra opción, sino que se la imponemos al resto»… ese mismo calificativo sirvió a alguien para explicar, hace ya mas de dos años porque yo seguía dando el pecho en medio de una comida familiar… aquel día escuche como tantos otros lo que me decían, me calle, sonreí y seguí dándole el pecho a mi hijo y jugando con sus manitas…

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Lactancia materna prolongada en la revista TIME

La última portada de la revista TIME muestra la imagen de una mujer Jamie Grumet amamantando a su hijo Aram de 3 años mientras este se encuentra subido en una silla para acceder mejor al pecho de su madre.

Las crónicas siempre tan «imparciales, neutrales, ecuánimes, justas, …. ¿objetivas?» tachan esta imagen en la portada de provocativa y polémica. El texto que la acompaña “¿Eres lo suficientemente madre?” Por qué la crianza con apego lleva a algunas madres al extremo – y cómo el Dr Bill Sears se volvió su gurú” también recibe numerosos comentarios en los que el pediatra  William Sears, autor de decenas de libros en los que ensalza los beneficios de la lactancia materna, el colecho y la crianza con apego, es calificado como «antifeminista tirano y gurú que promueve ideas irreales en las madres».

Es una pena que se prime para publicitar un contenido, la polémica. Esta imagen, por no responder a los estereotipos, lo consigue y hace correr ríos de tinta en dirección contraria a lo que parece que pretendía…  que se hable de la «aberración de un niño de 3 años chupando la teta subido a una silla»… y lo que pretendía ser una defensa y normalización de la lactancia materna prolongada se convierta en un ataque sin cuartel.

Encendi el ordenador, vi esa imagen y sentí pena y lástima por las miles de personas que van a ver esa portada y solo se van a quedar con la parte polémica de la noticia, aquellos que comentaran en sus círculos lo «irracional» de la imagen, los comentarios machistas y sexistas que surgirán en las tertulias a propósito de la edad del niño, la apariencia de la madre, la postura en la que lacta…y sentí asco por pertenecer a una sociedad tan «avanzada»… y reviví muchas de las escenas en las que se ha criticado mi lactancia prolongada (Lucas tiene cuatro años y cinco meses y todavía lacta) y llore de rabia e impotencia sola… tan sola como me he sentido desde que mi hijo dejo de tener la edad «normal» de ser amamantado y paso a convertirse en un bicho raro, un niño malcriado, un niño dependiente, un niño que debe avergonzarse por pedir pecho cuando tiene sueño, cuando esta cansado, cuando se ha hecho daño, cuando quiere mimos y cercanía con mama ,… y yo en una madre sobreprotectora, una madre posesiva, una madre que no le permite desarrollarse y crecer con normalidad, una madre con graves problemas de autoestima y psicológicos…. porque esas son algunas de las «perlitas» que han salido de la boca de «amigos, conocidos y familiares» desde entonces.

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Lactancia y menstruación

La regla, el periodo, la menstruación, el mes, o como decían nuestras abuelas «la demostración», esa amiga inoportuna que nos visita mes si, mes también para hacernos la vida mas complicada con sus molestos dolores de ovarios, de espalda, jaquecas, cambios de humor, irritabilidad, inflamación de los pechos, hipersensiblidad en la piel y el corazón….y a la que no echamos nada de menos durante los 9 meses de embarazo y los posteriores de amenorrea (ausencia de regla) tras el parto.

La lactancia materna exclusiva ayuda a que su visita se difumine en el tiempo, pero como no hay dos mujeres iguales, tampoco hay una fecha estandarizada en la que nuestra compañera «mujer de rojo» nos vuelva a visitar tras haber sido mamas. Hay mujeres que cuentan que apenas acabada la cuarentena ya reapareció en sus vidas, otras que fue tras la introducción de la alimentación complementaria de sus pequeños, algunas que tardo mas de un año en aparecer…

En mi caso, lactando en exclusiva durante los seis primeros meses e introduciendo la alimentación complementaria a partir de esa fecha, aunque manteniendo la lactancia a demanda, volvió a visitarme a los 13 meses de haber dado a luz. Parece ser que la vuelta a la «normalidad hormonal» tiene mucho que ver con el tiempo que transcurre entre toma y toma. Si estas comienzan a espaciarse en el tiempo (mas de 3 horas) y a reducirse el número de tomas diarias/nocturnas (6 o menos) es cuando retorna la ovulación y posterior sangrado.

Aunque con posterioridad he vivido una experiencia que mis amigas que no tienen hijos han calificado como «maravilla hormonal». Cada año desde entonces, al llegar el verano, la regla me abandona, se va de vacaciones como el resto de trabajadores, y retorna a mi vida puntualmente en septiembre dejándome el verano libre de molestias. No se si tiene que ver el cambio de temperatura, el cambio de residencia durante esos meses (explicaciones varias que me han dado durante este tiempo) o mas bien que mi hijo demanda mas teta durante el día consecuencia del calor y eso provoca un reajuste hormonal que afecta a la ovulación.

Desde hace muchos meses me insisten en que debo darle un hermanito a Lucas, y muchas también son desde entonces las voces que le echan la culpa de su ausencia a mi «cabezoneria» en mantener la lactancia. Consideran erroneamente que por haber lactancia no hay regla, y consecuentemente no hay ovulación ni embarazo. Siento decirles que no se debe a ello, la lactancia no es un método anticonceptivo, pese a que en otras épocas el periodo de lactancia marcaba la distancia entre un embarazo y el siguiente, ya que en esos momentos de la historia aparte de consecuencia de la lactancia la amenorrea de esas mujeres y su consiguiente ausencia de ovulación también se debía a las carencias alimenticias.

¿Y a vosotras, cuanto tardo en volver a lucir el «semáforo rojo» en vuestra vida tras el parto?

 

 

¿Por qué colaboro con un grupo de apoyo a la lactancia?

Entre en contacto con «Criando, apoyo a la lactancia materna» a finales de 2009 cuando mi hijo estaba a punto de cumplir 2 años, hasta entonces no había tenido ningún problema grave con la lactancia, los pequeños inconvenientes que me habían ido surgiendo los había resuelto guiándome por el instinto. En ese momento tampoco tenía ningún problema real, pero en mi entorno las voces críticas aumentaban por días y tanto comentario negativo comenzó a crearme la inquietud de que tal vez no lo estaba haciendo bien y que prolongar la lactancia hasta que mi hijo quisiera destetarse pudiera no ser la opción adecuada. Fue entonces cuando entre en contacto con la asociación y con las mamas que habitualmente colaboran con «Criando, apoyo a la lactancia materna».

Para mi hay un antes y un después de aquella visita, me sentí arropada, comprendida y eso que en la mayor parte de aquella conversación tan solo fui yo la que me pronuncie y relate lo que me sucedía. En ningún momento trataron de coaccionarme ni para que mantuviera la lactancia ni para que destetara, y eso era ya mucho mas de lo que me ofrecía mi entorno directo, incluso aquellos que no criticaban mi lactancia.

Estar con mamas que habían pasado por las mismas experiencias, las mismas criticas, las mismas miradas de reprobación me hizo sentirme como en casa, una casa de lactancia muy agradable, y eso que algunas de ellas ya tenían niños mayores que ni se acordaban de la teta.

Por tanto que recibí en aquellas primeras visitas me anime a participar activamente en el grupo de apoyo, involucrarme y ayudar a otras mamas con mi experiencia, mi apoyo, mis oídos bien abiertos para escuchar su historia, mi boca bien cerrada cuando son ellas las que deben hablar y abierta para exponer mi punto de vista sobre sus problemas, mi hombro para llorar, mi abrazo para acogerlas cuando las fuerzas flaquean y parece que todo se viene abajo, y la sonrisa siempre en los labios para celebrar una lactancia feliz…. En definitiva devolver lo que recibí.

¿Y vosotras, como, cuando y por qué comenzasteis a colaborar con los grupos de apoyo a la lactancia?