Archivo por meses: septiembre 2012
¿Qué hace tu hijo mientras mama?
Acabo de ver la convocatoria de Sina (Asociación de apoyo a la lactancia materna y crianza con apego en Valencia) en la que pide a las mamas lactantes que relaten que hacen sus bebes mientras maman, y me he sentado presurosa a escribir.
Si algo bueno tiene la lactancia prolongada es que son muchas las anécdotas que puedes acumular en el baúl de la memoria relativas a “las historias de la teta” que escribo y guardo con celo, para poder dárselas a Lucas cuando sea un hombre, junto con todas estas divagaciones del blog y otras tantas que no llegan a ver la luz en las que le relato la maravillosa experiencia que ha supuesto para mi su llegada a mi vida, …, su vida.
Al principio Lucas me miraba con sus grandes ojos negros mientras mamaba. Aquellos primeros días me preguntaba como podía tener los ojos tan abiertos y mirarme con tanta intensidad mientras se esforzaba por succionar las gotas de vida que emanaban de mi cuerpo fabricadas especialmente para él.
Después de someterse a la operación de estenosis de píloro además de mirarme con los dos grandes faros que siempre han sido sus ojos también me agarraba un dedo con su manita, aferrándose a mi para evitar de alguna forma que nos volvieran a separar como aquellos días interminables en la UCI del hospital, o reposaba sus deditos sobre el centro de mi pecho, una forma de sentirme mas cercana, supongo, de notar los latidos del corazón de su mami.
A partir de los 3 meses, mas o menos, sus ojos ya no eran solo para mi… comenzó a girarlos ante cualquier ruido que perturbaba su banquete, … fundamentalmente si el ruido era el del objetivo de la cámara fotográfica, entonces era capaz de posar y mamar al mismo tiempo sin despeinarse.
Poco a poco comenzó a mostrar mas interés por el mundo que nos rodeaba mientras compartíamos ese momento de conexión y alimento, y como a su mama le gustaba salir a pasear y hacer una vida lo mas normal posible, el momento de la lactancia cada vez nos sorprendía en un lugar diferente y sus ojos se deleitaban con el movimiento de las hojas en el bosque, el vuelo de las gaviotas en la playa, el transitar de las personas en los medios públicos de transporte, los gritos de jubilo de los niños en los parques… Todo le llamaba la atención, aunque el deseo de tener su “teti” en la boca era mayor que cualquier estímulo, así que desarrollo un sistema de estiramiento del pezón hasta límites insospechados, lo llevaba consigo hasta conseguir ver aquello que le había llamado la atención. Los gritos de grima de las personas que observaban este movimiento de estiramiento eran directamente proporcionales a su cara de control total de la situación y el pezón.
Paso el tiempo y comenzó a combinar en el momento de la lactancia el reposo y el juego, y mientras unas veces simplemente succionaba, muchas de ellas incluso con los ojos cerrados en momento de pleno relax; otras jugaba a dar palmadas chocando su mano con la mía… entonces comenzó a gustarle que le cantara canciones infantiles, unas veces susurradas, otras a voz en grito que el jaleaba botando su culete sobre mis rodillas.
Antes del año su juego favorito era jugar al escondite con la teta, sentado en mis rodillas me levantaba la camiseta y se deleitaba con la aparición de sus fieles compañeras, mama decía “cucu”, él se reía, repetía, “cucu” y rápido bajaba la camiseta para acto seguido volver a iniciar el juego. Muchas veces en medio de este se detenía a succionar unos minutos para reponer fuerzas e iniciar una vez mas la diversión.
Aquellos días también disfrutaba mucho bañándose con sus “tetis”, las regaba con los tarritos con los que jugaba solo en la bañera, las acariciaba, las apretaba, se moría de risa si le sorprendía un chorrete de leche y las besaba antes de iniciar la succión.
Siempre se ha reído muchísimo mientras mamaba, prueba evidente de que disfrutaba del momento con intensidad. Unas veces simplemente sonreía, otras se carcajeaba con el pezón en la boca, acariciándolo con la lengua, apretando el pecho para que un chorrete le llenara la boca como si estuviera en una fiesta empinando la bota de vino.
Desde muy pequeño ha “sintonizado la radio” en cada toma. Muchas seguro os sentís identificadas con este momento en el que nos convierten en la radio de su vida haciendo girar sin prisa pero sin pausa el pezón que no están succionando, para detenerse y presionar con la palma abierta su teta mágica como si por fin hubieran encontrado el dial deseado.
Alguna vez le pregunte por que tapaba con la manita un pecho mientras chupaba el otro y las respuestas fueron de lo mas variadas y maravillosas: “hace frío mami, no quiero que se enfríe”, “la estoy cuidando”, “la tapo para que no me la quiten”, …Esa última explicación comenzó a producirse cuando comenzaron las críticas mas explicitas ante nuestra prolongación de la lactancia. Los comentarios se producían fundamentalmente mientras el mamaba, y un niño de dos, tres años entiende perfectamente determinados comentarios… debía notar que me ponía tensa y su reacción era proteger la teta que no tenía en la boca, así, aunque estuviera cubierta con la ropa él con destreza colaba su manita por entre la tela y colocaba sus deditos sobre ella para protegerla de tanto comentario negativo.
Desde el año y medio solo toma un pecho, el derecho, del otro se desteto voluntariamente tras algunos problemas de los que hablaré en otra ocasión, desde entonces la teta derecha fue para el la teta de chocolate y la izquierda la de zumo. La derecha con la que se deleitaba succionando y la izquierda a la que mimaba, acariciaba y hablaba. Era también esa la que ofrecía a su papa cuando compartía con nosotros el momento de la lactancia, a sus muñecos para que compartieran con él su mejor momento del día, o el que en algún momento mostro y ofreció a alguno de sus amigos en el parque cuando veía como estos se quedaban con el rostro alucinado ante semejante visión maravillosa en la que la mama de su amigo tenia una teta mágica de la que salía leche y mucho amor.
Lucas también ha usado la teta como respuesta inequívoca ante aquellos que le instaban a que la soltara porque era “caca”… no puedo olvidar aquella tarde en la que mientras un familiar le decía que la soltara porque no sacaba nada, él se saco tranquilamente el pezón de la boca y con una sonrisa le dijo “si que sale, mira” al tiempo que apretaba el pecho provocando que saliera un chorrillo de leche que rego la mesa…. Aquellas caras de incredulidad y la posterior carcajada de mi hijo no tienen precio… supongo que quiso poner en practica aquello de “no hay mejor defensa que un buen ataque” (con proyectiles líquidos en este caso).
Como podéis leer mi hijo hace, ha hecho y hará el tiempo que él quiera muchas cosas mientras mama: amar, reír, cantar, disfrutar, soñar, compartir, … fundamentalmente… vivir.
Lactancia materna by Lucas: «Aunque me este haciendo mayor la teta es lo mejor».
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